lunes, 26 de noviembre de 2007

MAN RAY IN THE STRET

EL FANTASTA DEL QUIJOTE ,
OTRA VEZ SALE DE CASA
AVENTURANDOSE
A PERDER LA SOMBRA DE SANCHO
EN LA NOCHE DE MADRID.

Suena la alarma del unico reloj que Raymundo tiene para contar el tiempo siglo XXI, y deja de escribir otra biografia de sus multiples egos, que el salvan de la locura pero le no le acercan aun al impresor.Enfunda su estatura larga en un tres cuartos de cuero con voluminosas hombreras y un boton de hierro decorado por un relieve de estrellas .
Cuando esta por abrir la puerta , suena una voz cantarina de las tripas del ordenador: "Ray , no te vayas sin la llave, que yo me voy a dormir "Raymundo agarra la llave que cuelga de una casa holandesa con siete plicas , y cierra la puerta de madera nada noble .Baja las escaleras mientras se abrocha la cremallera central de su amada chupa negra, muy clareada por los años y la vida salvaje que su Ray tuviera con ella encima.

La calle mas larga de Madrid , la tiene frente a sus ojos .Sabe a donde va, pero no tiene prisa auque avanza con paso firme y la mirada nada marcial se queda entre la noche del cielo y el horizonte farolado.Hace frio pero su corazon no le pesa.En sus pensamientos cruzados encuentra calles por conocidas , o no recordadas, que le hacen olvidarse por un instante de las maleficas ideas que se le clavan en las sienes como mariposas desgastadas en su vuelo.Hace frio pero aunque su corazon no le pesa del todo, se pone la boina gris del Quixote the George Town. Cada calle que pasa , tiene un letrero que leer, y si la calle no tiene esquinapor alguna obra en construccion , el el rehace su memoria hasta hallar la corta Tracia , pero se da cuenta de que tambien esa calle ha muerto por la especulacion y otro nombre menos combativo.la noche de madriden el ultimo lunes de diciembre , huele a evangelista mujer divorciada en busca de materialista sin escrupulos ni otros atributos.Son las 4 h de la madrugada , un Lunes de nada con Navidad en sus esquinas, y Raymundo solo encuentra las grandes piernas de madrid , prolongando los ojos hasta el finito misterio que acaba en su aterida imaginacion.Hace frio , pero es la temperatura ideal que necesita un cuerpo para espantar sombras que como fantasmas sin rostro se avienen a increparle por su indumentaria , o para pedirle un cigarrillo que meterse en la boca sin forma , o para reclamarle unos eurosconque saciar su ansia de cocaina hasta que su nombre y apellidos malditos queden contentos. La noche de madrileña en este Lunes Navileño es como un Raymundo con deseos y brazos sin nadie que contar. Pensamiento inconcluso a sentimiento partido por calles divididas, el caminante de negro seguia avanzando por la calle de Alcala.Habian pasado dos horas y 57 minutos cuando llego a la gran via .El cielo clareaba y él lo habia ido viendo cambiar de color .Pero aun no eran las 6 am y las puertas del metro madrileño aun estaban cerradas al frio y a los necesitados ciudadanos.Busco un bar abierto, y tuvo que perderse diez veces entre La Puerta del Sol, Opera, y la Plaza Mayor, para encontrarse una sola vez , en la mismísima calle de Silva .Recordó el anciano Raymundo sobreviviente a las 6 decadas vividas, un lugar llamado Brindis, al que habia entrado en una ocasión , pero no le gusto la idea, a pesar de no tener registro ni de lo que bebio, en su dilatada memoria no encontro ni el poruq ehabia entrado aquella vez, solo que era una madrugada sin fin ni nada de lo que poder vanagloriarse delante de sus nietos. Volvio sobre sus pasos y sobre su sangre corrieron pensamientos inadvertidos y añejos sentires resacosos.No habia bebido ni un triste vaso de agua en tres horas y solo habia fumado media cajetilla de un tabaco apestoso .Abrieron las metalicas puertas del metro y entro en la divinidad acristalada .Asento sus glúteos en el primer vagon que pudo , en él, cinco sudamericanos y una joven africana se movian al tran tran del viejo tren camino de sus trabajos . Esto lo suponia el experimentado Raymundo , lector sapiente de los rostros y la temperatura de las manos.Que feliz me siento que buena noche lunesca me ha sido concedida , se iba diciendo el abuelo Raymundo. Estoy seguro (continuaba su soliloquio) que la Maga me esperara otro dia .No, no puedo perderla .No la gritare jamas y le hare mucho mas caso. dejare de fumar sea como sea .Ella es mi vida , y el humo no es ni tan siquiera mi muerte; solo una ligera tortura adquirida con el tiempo invidente y la costumbre maniatica.Esta reflexión certera ., le hizo ver lo que mirando de frente no habia visto. Una chiquilla menor de edad para la leypARECIA HABER PASADO AL NOCHE COMO UNA PERRA EN BUSCA DE HUESO IMPOSIBLE DE DESENTERRAR ENTRE LOS CAMINOS ENCEMENTADOS CON LUZ NAVILEÑA. Y en uno de esos papeles que siempre llevaba el poeta sin nombre en el Cartel NOVEL-elesco , escribio: “ la vida es tranquila como una luna que se deja admirar.sigue su luz y no perderas la memoria de tu deseo.”
Llego la ultima parada Canillejas.Se levantaron todos los pasajeros del Madrid que vuela en metro( según dice la propaganda municipal) y al salir del vagon , Raymundo con la sabiduría del ladron de guante blanco , agarro el papelito doblado con su poemita entre dos dedos, y lo dejo mientra chocaba con la juvenilla y le sonreia, adentro de un bolsillo de su cazadora corta y abierta . Y rapido se alejo de ella, se llevo la sorpresa de sus ojos, y la creencia de que la menor necesitaba tanto un abrazo que hubiera podido de quererlo atravesasr su virginidad sin casi ser visto. Subio las escaleras del metro ,llego a la calle, eran las 7 de un amanecer escarchado, tres minutos mas tarde llego a casa, abrio la puerta y en ese momento una voz le saludo” Ray llegas tarde, tienes un mensaje de Magamor” Ray se desvistio, Desconecto el Messenger, y el automatico Ordenatus desaparecio. El se fue a la cama, y soño que Quijote caminaba suelto por un Madrid nada Navideño agarrado del brazo de Magamor.La mujer que tiene la edad que su nieto mayor, y por la que perdio la cordura sistematica del mundo.

PEDRO GONZALES HEREDIA